Durante el 2019, Chilevisión transmitió la primera temporada de “El Discípulo del Chef”. Una etapa que se recuerda mucho por los escándalos y polémicas que atravesaron la pantalla. Michelle Lacoste fue una de las concursantes que más material dio para hablar. Llegó hasta la final, sin embargo, no pudo quedarse con el triunfo.
En una entrevista develó que no guarda buenos recuerdos al participar en este programa: “Yo renuncié a mi trabajo por entrar a “El Discípulo del Chef”, apostando a ganar. Tenía un torneo mundial en París, en donde el señor (Sergio) Nakasone (productor ejecutivo del programa) me prohibió ir, a pesar de que cuando firmé el contrato me dijo ‘estás autorizada’”, denunció Lacoste.
Confesó que desde es momento odiaba el formato y que por eso se convirtió "en una bruja”. Lacoste aseguró que ese torneo era el más importante de su vida como bartender. “El señor Nakasone me lo prohibió tres días antes. Quedé frustrada”, señaló. Asimismo, recordó que luego de finalizar su participación pasó una etapa muy dura de su vida, ya que tras el estallido social quedó en situación de calle por seis meses.
A pesar del difícil momento y el sueño arrebatado por este productor de Chilevisión, Michelle logró conseguir una solución y sacar a su familia adelante. Pudo levantar una pyme, en donde trabaja con recetas en base a cochayuyo, un negocio que le ha traído buenos resultados económicos.
Lacoste y las trampas en “El Discípulo del Chef”
Por otra parte, la exparticipante recordó cómo hizo Nakasone para callar el escándalo que se venía por prohibirle su viaje a París: le dio una alta suma de dinero. “Me dijo ‘cuánto pierdes por no ir’. Y él, en su oficina, cual cajero, sacó plata y me la pasó sin que mis compañeros supieran”. De igual manera, lo señaló como el culpable de hacer trampa en una competencia con aceitunas.
“Nunca pudieron mostrar eso, nunca nadie lo vio, porque nunca pasó. Eso fue otra ‘pasada de lucas’ y creó un conflicto con mis compañeros “, indicó. Lacoste finalmente sacó a la luz la sobreexplotación laboral a la que era sometida junto a sus compañeros durante el desarrollo de "El Discípulo del Chef", quienes tenían jornadas de hasta 20 horas de grabación por un sueldo muy bajo, específicamente “15 lucas por día”.