La familia real británica es realmente una compilación de protocolos formales e informales. Casi todo es hereditario: costumbres, vestimentas, hasta los apodos. Sin embargo, a todas estas responsabilidades que le competen a los miembros de la familia se le sumó una nueva, o al menos no conocida hasta ahora.
En las últimas horas trascendió que quienes estén arriba en el orden de sucesión a la corona de la familia real, deben presentar a su pareja a la reina Isabel II. Hasta ahí todo marcha sobre estándares normales. Sin embargo, el diario inglés The Express publicó informaciones que tendrían que ver con una incidencia directa por parte de la monarca a la hora de validar estas uniones en la familia.
Según el diario The Express, la reina Isabel II aprueba o rechaza los matrimonios que se dan en el árbol genealógico de la familia real. Una vez que la monarca conozca a la nueva o el nuevo pretendiente, es ella quien decide si da el sí o no para que se casen. Por ejemplo, en los casos de William con Kate Middleton y Harry con Meghan Markle, ambas parejas debieron pedir permiso a Isabel.
Por lo tanto, cuando el príncipe Carlos se convierta en rey, sus nietos deberán pasar por esta regla. Y si tomamos la Ley de Sucesión a la Corona de 2013, Carlos debería dar su visto bueno para el matrimonio de seis integrantes del árbol genealógico de la familia real, que en este caso serían: el príncipe Guillermo, el príncipe Jorge, la princesa Carlota, el príncipe Luis, el príncipe Harry y luego el hijo de Harry, Archie. Dicha ley estipula que estas seis personas “deben obtener el permiso del monarca antes de casarse”.