El sorpresivo deceso de la reina Isabel II esta semana a sus 96 años provocó un cambio radical en los planes de todos los integrantes de la familia real. En el caso del príncipe Harry, que justo había regresado al Reino Unido con Meghan Markle por distintos compromisos, su cambio de planes fue más incómodo por la distancia que tiene con la realeza británica.
Recordemos que el príncipe Harry eligió hospedarse lejos de Balmoral en su regreso, y que no estaba teniendo un contacto público con el príncipe William o la misma reina Isabel II. El motivo de este distanciamiento, según medios ingleses, se debía a que la familia real esperaba a que se publicaran las memorias y el documental del príncipe en Netflix, para no filtrar información a esas producciones.
Durante el velatorio de la reina Isabel II, trascendió que el príncipe Harry fue el último en llegar y el primero en irse, y que lo hizo sin la compañía de Meghan Markle. El motivo que se desliza en los medios británicos es que la esposa del duque de Sussex se alineó a lo pactado previo al deceso de la monarca, y se quedó en la residencia a la que llegaron desde Estados Unidos.
De esta manera, se supo que a primera hora de la mañana, el príncipe Harry dejó Balmoral, lugar donde inicialmente se están velando los restos de la reina Isabel II para volver a Londres, más precisamente a Frogmore Cottage, Windsor. Además, Harry y Meghan Markle se quedarían en el Reino Unido hasta el 19 de septiembre, fecha en la que se estima será el funeral de la reina, y que tuvo algunas modificaciones en la operación “London Bridge”.