En la noche del martes 11 de agosto de 2020, la familia de Raquel Argandoña cambió para siempre. Ese día, su hijo menor, Nano Calderón de 23 años, ingresó a la casa de su padre, el abogado Hernán Calderón y tras una intensa discusión, el letrado salió gravemente herido luego de ser atacado por su propio retoño.
La actual pareja de Hernán y la empleada doméstica también salieron afectadas por la situación. Nano le causó a su padre una lesión contundente en el antebrazo y en sus manos, dañándole dos tendones. El abogado fue ingresado a la Clínica Alemanas y a partir de ahí, la pesadilla para Raquel Argandoña comenzaba.
Kel Calderón en los primeros minutos del escándalo tomó partido por su padre y le pidió a la justicia que Nano pagara por lo que había hecho. Por su parte, Argandoña protegió su hijo menor, dándole apertura a un conflicto que se ha extendido por tres años. La influencer se decepcionó de su madre y se alejó de ella, y aunque La Quintrala trató de contenerla, no pudo evitar que su familia se destruyera por completo.
Según la periodista Cecilia Gutiérrez, la discusión entre Nano Calderón y su padre Hernán Calderón fue causada porque el influencer encontró mensajes de su progenitor en el teléfono de su polola, subidos de tono. Se enojó tanto que sin pensarlo dos veces confrontó al abogado, casi le quita la vida y en cuestión de segundos liquidó la poca paz familiar que quedaba, algo que por muchos años a Raquel Argandoña le costó conseguir.