Desde que Diana de Gales, reconocida mundialmente como Lady Di, se casó con el príncipe Carlos, se convirtió con rapidez en uno de los íconos de la realeza más admirados no solo en Inglaterra, sino en casi todo el planeta. Es que su cálido vínculo tanto con la gente como con otras figuras aclamadas de la época no le caían en gracia a su suegra, la reina Isabel II.
En principio, el carisma y la afectividad de Lady Di la llevaban a romper con varios de los protocolos que a la familia real británica gusta de respetar a rajatablas. Desde ahí, el vínculo con la reina Isabel II se sabía puertas adentro que no era bueno. De hecho, hay varios momentos públicos que protagonizó Diana de Gales que se supo que molestaron a la monarca que cumplió 70 años en el trono recientemente.
Uno de los momentos más resonantes de Lady Di fue cuando visitó con el Príncipe Carlos la Casa Blanca en 1985. Allí los recibió Ronald Reagan y su esposa Nancy, aunque lo llamativo fue que Diana solicitó la presencia de John Travolta, estrella de cine a quien ella admiraba profundamente. El protagonista de “Grease” asistió a la cena y bailó una canción con la princesa, la cual llevaba un vestido que se terminó bautizando como el “Travolta Dress”. Asimismo, el fanatismo de Diana se extendía también a los varios de los músicos británicos como Sir Elton John.
Además, trascendió que Lady Di también tenía una cercana amistad con Freddie Mercury, una de las mejores voces de la música. Se supo que la princesa se escabulló de la seguridad de su residencia para salir disfrazada de varón con el cantante a un bar LGBT por la totalidad de 20 minutos. Otra de las metodologías de vida que no aprobaba la reina Isabel II ni los protocolos reales, se basaba en no hablar públicamente de problemas personales entre los miembros de la corona. La oriunda de Gales habló de ello en un documental, diciendo que vivía en un “matrimonio de tres (personas)”, en referencia a la actual esposa de Carlos, Camila de Cornualles.