Con el paso de los años, Maite Orsini se ha convertido en una personalidad influyente de la política nacional. Más allá de las valoraciones personales, no hay dudas de que la diputada ha logrado estar en el centro de la escena mediática, ya sea por sus logros como funcionaria (que son, al fin, conquistas colectivas), como por sus reiterados escándalos en su vida pública y privada.
Lo cierto es que hay una delgada línea en la vida de Maite Orsini que divide a lo público de lo privado, ya que su responsabilidad como representante de la ciudadanía en el Estado hace inevitable que pueda mantener estos dos mundos con cierta independencia. Pero mucho antes de incursionar en la política, la expareja de Gonzalo Valenzuela ya había protagonizado su primer escándalo desde sus inicios en la televisión.
Por entonces, se hacía público el caso "Las Arañitas", un hecho ocurrido en abril de 2010 que terminó con Maite Orsini detenida y formalizada tras ser acusada de intentar ingresar a un domicilio privado, luego de escalar el edificio. La diputada se encontraba realizando este delito junto a la actriz Carolina Mestrovic, quien confesó años más tarde que ambas mantenían un vínculo de pareja con Mario Velasco, y que este habría sido el motivo de su conflicto.
Las infidelidades han sido una historia recurrente en las experiencias de pareja de Maite Orsini. Además de Velasco, su presunto vínculo con Marcelo Díaz ha sido señalado como el responsable del distanciamiento entre el político y Mirallay Viera, además de un curioso encuentro con Hernán Contreras mientras se cree que la parlamentaria estaría junto a Jorge Valdivia.
Por último, el caso conocido como "Telefonazo" tampoco ha pasado inadvertido en la opinión pública, luego de que Orsini recibiera una sanción por hacer uso de sus influencias con Carabineros para resolver un conflicto entre Jorge Valdivia y Daniela Aránguiz. Una acusación similar es la que ha recibido recientemente por la resolución policial de su auto robado, el cual fue encontrado a las pocas horas en medio de sospechas. Lo cierto es que su polémico prontuario no ha dejado de perseguirla hasta la actualidad.