Fernando Solabarrieta ha estado más de una vez en el centro de atención, lo que lo lleva a estar acostumbrado a las miradas incisivas de la prensa y de los usuarios de internet. Pero hay momentos en la vida del animador en los que hubiera querido no estar en el medio de la tormenta, como sucedió cuando salió a la luz la noticia de su proceso de rehabilitación y su internación en México.
Pero esta no fue la única vez en la que Fernando Solabarrieta hubiese querido pasar desapercibido y no ser uno de los rostros más famosos de la televisión nacional. En concreto estamos hablando de la peor noche de este periodista deportivo, en la que vio pasar su vida y la de su familia frente a sus ojos y que marcó un antes y un después en su existencia.
Todo ocurrió el 14 de mayo del 2019, cuando Fernando Solabarrieta vivió en primera persona un portonazo en el que además de robarle su vehículo BMW lo hirieron gravemente y lastimaron a sus padres. En la zona de la Providencia, el esposo de Ivette Vergara padeció la situación más terrible que cualquiera pueda imaginar y tuvo que lamentar la perdida de dos de sus bienes más preciados: su automóvil y una importante herencia familiar.
Y aunque Fernando Solabarrieta no le dio mucho peso al robo de lo material, sino que se enfocó en el bienestar de sus padres, tiempo después manifestó su angustia por la sustracción de un reloj con un inmenso valor simbólico para su familia. "Todo lo material se puede recuperar, pero lo único que me quedó como pena fue el perder algo que ya no voy a recuperar más. No tiene valor económico, era un valor de cariño, del legado de mi abuelo", lamentó el comentarista.